jueves, 3 de agosto de 2017

Estudio en escarlata



Sherlock Holmes, había desarrollado una capacidad para el análisis asombrosa, es aficionado tanto a la observación como a la deducción.

Todo empezó cuando Sherlock Holmes, comentaba con su querido amigo John H. Watson  que no había un crimen que poner en claro, o, en el mejor de los casos, sólo se da algún delito chapucero, debido a móviles tan transparentes, que hasta un funcionario de Scotland Yard es capaz de descubrirlo.

Cuando de pronto, Watson observaba por la ventana a un hombre que le parecía extraño en la otra cera cruzando la calle, el cual Holmes dedujo como un sargento retirado de la Marina, el dejo una carta a Sherlock, enviada por Gregson, él era su hombre más agudo en el equipo de investigadores de Scotland Yard.

En la carta venia escrito un crimen que se había cometido a un lado de la carretera de Brixton, esta fue enviada por Gregson como ya lo habíamos mencionado, el cual pedía a Holmes lo favoreciera con su opinión.


Sherlock Holmes no estaba decidido a ser participe en la investigación del caso, ya que de ser resuelto los créditos no serían para él, segundos después decidido ir y trabajar el caso por su propia cuenta.

Pasos puntuales que siguió Sherlock Holmes para llegar a las conclusiones que expuso:


Lo primero que dijo Sherlock Holmes fue, disponer de datos es una equivocación garrafal el sentar teorías antes de disponer de todos los elementos de juicio.

Observo con gran atención absolutamente todo el panorama del crimen. 


 Primer eslabón de Sherlock Holmes 

Llego a la casa a pie y con el cerebro libre de toda clase de impresiones.
Empezó por examinar la carretera, y descubrió las huellas claras de un carruaje, y este carruaje, había estado allí en el transcurso de la noche. 

Por lo estrecho de la marca de las ruedas se convenció de que no se trataba de un carruaje particular, sino de uno de alquiler. 
El coche Hansom de cuatro ruedas que llaman Growler era mucho más estrecho que el particular llamado Brougham. Fue ése el primer punto que anoto. 


Segundo eslabón de Sherlock Holmes 


Avanzó luego despacio por el sendero del jardín Sherlock Holmes y dio la casualidad de que se trataba de un suelo de ardua, extraordinariamente apto para que se graben en el mismo huellas. 

Parecían, sin duda para Watson, una simple franja de barro pisoteado, pero todas las huellas que había en su superficie encerraban un sentido para los ojos entrenados de Sherlock Holmes. 

Descubrió la pista de dos hombres que habían pisado primero el jardín. Dice Sherlock Holmes. Era cosa fácil afirmar que habían pasado mucho antes porque en algunos sitios sus huellas habían quedado borradas del todo al pisar los segundos encima mismo. Así informó de que los visitantes nocturnos habían sido dos, uno de ellos notable por su estatura (lo calculo por la longitud de su zancada) y el otro elegantemente vestido, a juzgar por la huella pequeña y elegante que dejaron sus botas.


Esta última deducción la obtuvo al entrar en la casa. Allí tenía delante al hombre bien calzado. 




Tercer eslabón de Sherlock Holmes 


Si había existido asesinato, éste había sido cometido por el individuo alto. El muerto no tenía en su cuerpo herida alguna.

Cuando presiono los labios del muerto pudo percibir un leve olorcillo agrio, y llego a la conclusión de que se le había obligado a ingerir un veneno. Dedujo también que le habían obligado a tomarlo por la expresión de odio y de temor que tenía su rostro. 


Cuarto eslabón de Sherlock Holmes 

Este asesinato, había sido llevado a cabo de un modo muy pausado, y quien lo perpetró había dejado huellas suyas por toda la habitación, mostrando con ello que había estado presente desde el principio hasta el fin, por lo tanto era de modo privado.
Se encontró un anillo. Sin duda alguna, el asesino se sirvió del mismo para obligar a su víctima a hacer memoria de alguna mujer muerta o ausente. 


Quinto eslabón de Sherlock Holmes 

Escudriño con mucho cuidado la habitación, y el resultado le confirmó la estatura del asesino.
Al no ver señales de lucha, llego, desde luego, a la conclusión de que la sangre que manchaba el suelo había brotado de la nariz del asesino, debido a su emoción. Pudo comprobar que la huella de la sangre coincidía con la de sus pisadas. Es cosa rara que una persona, sufra ese estallido de sangre por efecto de la emoción, y por ello aventuro la opinión de que el criminal era, probablemente, hombre robusto y de cara rubicunda. 

Los hechos habían demostrado que su juicio era correcto.


Sexto eslabón de Sherlock Holmes 

Cuando salieron de la casa procedió a realizar lo que Gregson había olvidado. Telegrafió a la Jefatura de Policía de Cleveland, circunscribiendo su pregunta a lo relativo al matrimonio de Enoch Drebber. La contestación fue terminante. Le informaba de que ya con anterioridad había acudido Drebber a solicitar la protección de la ley contra un antiguo rival amoroso, llamado Jefferson Hope, y que este Hope se encontraba en Europa. Sabía, pues, que ya tenía en sus manos la clave del misterio, y sólo le quedaba atrapar al asesino. 
Todas estas consideraciones llevaron a Serlock Holmes a la conclusión de que a Jefferson Hope habría de encontrarlo entre los aurigas de la metrópoli.
Fue posible atrapar al criminal en menos de tres días sin ninguna ayuda, salvo algunas deducciones muy corrientes.


Por qué fueron diferentes a las elaboradas por Scotland Yard.

Por dos sencillos puntos:

  1. Como Sherlock Holmes lo repetía cada que podía "deducciones muy corrientes".
  2. Tomaron las huellas de forma equivocada, solo observaban, pero no deducían a fondo como lo hacía Sherlock Holmes, tomaban todo muy superficialmente, Scotland Yard junto con su equipo de trabajo.



Miriam Hernàndez Gonzàlez






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